viernes, 27 de septiembre de 2013

Dicen que al compartir las penas todo se hace más pequeño, pero, ¿es que acaso al juntar  fuego con fuego estos no se hacen más grandes? Son solo dichos, mentiras inofensivas que se dedican a engañar al menos ingenuo, falacias de una multitud desesperada, un medicamento en mal estado con fuertes efectos secundarios que solo abre mas mi herida. Nuestra herida. Y no se cura, solo se seca. 

Caer desde lo más alto no me ha quitado las ganas de volver a subir otra vez, o quizás solo de buscar otro precipicio por el que tirarme una vez más. Porque un luchador nunca se cansa de perder, no esconde sus miedos, le gusta que le laman sus pesadillas, y deja de lado ese numero que no se atreve a escribir, ese mes que no quiere recordar y ese día en el que te perdió. 






1 comentario:

  1. No hay que dejar de luchar nunca, pero yo me tomaré un descanso… de momento.

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